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Cosechamos muchas cosas que no sembramos




  • Del lado positivo, de la biblia recibimos muchas bendiciones que Dios nos da por las cuales no hemos trabajado. 
  • En realidad, El Señor quiere que confiemos en que Él va a proveernos de todo lo que necesitamos así como lo hace con las aves del cielo (Mt 6.25-34). El Señor extiende su bendición a todos los hombres, pues “hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos” (Mt 5.45)


Pero ¿Cuál es la acusación que Dios le hace a la humanidad? Es esta:
  • Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios ni le dieron gracias  (Ro 1.21), son culpables de ingratitud.
  • Sin embargo Dios amo al mundo. El mayor de todos es Dios mismo. A Él le encanta dar. Es un Dios abundante en misericordia. “toda buena dadiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del padre de las luces, en el cual no hay mudanza ni sombra de variación. (Stg 1.17)
  • No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo (Jn 3.27).
  • El mayor don de todos es el don del propio hijo de Dios. “finalmente les envió su hijo (Mt 21.37). “porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito, (Jn 3.16)
  • Pero ¿Por qué dio a su único hijo? Lo dio para morir una muerte de sustitución en la cruz; “para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Jn 3.16). nada puede ser más grande que esto.
  • De manera que el Padre da la salvación a todos aquellos que no hacen otra cosa que creer en su hijo. “porque no envio Dios a su hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El. (Jn 3.17)

O creemos el testimonio que Dios ha dado con respecto a su hijo de que la salvación se encuentra sólo en Él y a través de Él, o aún estamos tratando de ser salvos por y a través de nuestros propios actos de justicia, sin embargo el mensaje de Dios es:

  • Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe, (Ef 2.8,9)
  • Dios le pide que reciba algo por lo cual no trabajo y para lo cual no tiene ningún mérito ni derecho. Usted tiene que recibirlo de la manera que Dios dispuso o no lo recibirá nunca.

Es cierto que en cada iglesia otros han trabajado antes que nosotros y han sembrado la buena semilla, y ahora nosotros disfrutamos de los beneficios de su trabajo. De igual manera, muchos pastores fieles, obreros cristianos, misioneros y maestros de escuela dominical han sembrado fielmente la semilla en todo el mundo, y luego viene otro y cosecha los beneficios; sin embargo, cada hombre tendrá su propia recompensa de acuerdo con su propio trabajo en el Señor.

El principio es: hagamos lo que podemos mientras podemos y dejemos los resultados a Dios. Algunos pueden estar ocupados en sembrar la semilla, otros en recoger la cosecha solo porque otros han sembrado.
  • El hombre que tiene el glorioso privilegio de recoger puede que no haya trabajado mucho, y, por lo tanto, su recompensa será muy pequeña en comparación con aquel que fielmente ha sembrado y regado la semilla. El principio de Dios está claramente establecido en Ef 6.8Sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ese recibirá del Señor, sea siervo o sea libre
  • Por lo tanto, debemos hacer todo el bien que podamos a todos porque no sabemos cuánto tiempo tenemos para trabajar
  • Ec 11.6 En la mañana siembra tu semilla, y por la tarde no dejes reposar tu mano; porque tú no sabes cuál será mejor, si esto o lo otro, o si ambas cosas son igualmente buenas.

LOS ASPECTOS NEGATIVOS DE LA LEY

Esta ley opera no solo positivamente sino negativamente también. 
  • No solo disfrutamos de las bendiciones que Dios nos confiere y por las cuales no trabajamos. Y no solo disfrutamos de las bendiciones y beneficios de la labor de otros en esta vida, sino que recogemos el mal porque otros vinieron antes que nosotros y sembraron el mal. 
  • Individualmente nuestros padres pueden haber sembrado en nosotros un espíritu crítico. Quizás siempre encontraban fallas en todo y aprendimos a imitarlos y criticamos cosas y personas. Pueden haber tenido una pobre autoestima y nos dieron lo mismo, pueden haber sido temerosos y asustadizos, y por eso los somos nosotros también.

Pero hay otras maneras en que podemos cosechar el mal. 

  • Cuando alguien es asesinado en nuestra área podríamos decir: “ese no es mi problema. Déjenme seguir viviendo mi vida y yo me voy a meter en mis propios asuntos” pero esa no es nuestra opción

HISTORIA:

Deut 21: 
"Si en la tierra que Jehovah tu Dios te da para que la tomes en posesión se halla un muerto tendido en el campo, y se ignora quién lo mató, 2 entonces tus ancianos y jueces irán, y medirán la distancia hasta las ciudades que están alrededor del muerto. 3 Y sucederá que los ancianos de la ciudad más cercana al muerto tomarán una vaquilla que no haya sido aún sometida al trabajo y que no haya llevado yugo. 4 Los ancianos de aquella ciudad llevarán la ternera abajo, a un arroyo permanente donde no se haya arado ni sembrado, y allí en el arroyo romperán la nuca a la ternera. 
5 "Después se acercarán los sacerdotes hijos de Leví, porque a ellos escogió Jehovah tu Dios para que le sirvan y para que bendigan en el nombre de Jehovah. Por el dicho  de ellos se decidirá todo pleito o todo daño. 6 Todos los ancianos de aquella ciudad más cercana al muerto lavarán sus manos sobre la vaquilla desnucada en el arroyo, 7 y declararán diciendo: ’Nuestras manos no han derramado esta sangre, ni nuestros ojos lo han visto. 8 Oh Jehovah, perdona  a tu pueblo Israel al cual has redimido. No traigas culpa de sangre inocente en medio de tu pueblo Israel.’ Así les será perdonada  la culpa de sangre. 9 De este modo eliminarás la culpa por la sangre inocente de en medio de ti, cuando hagas lo recto ante los ojos de Jehovah. 

  • Cuan poco entendemos que aún hoy cuando se comete un asesinato y el asesino no es juzgado se acumula ira contra esa ciudad, esa es la razón del sacrificio y del clamor de misericordia en la ciudad.
  • Cuando se derrama sangre inocente se reserva ira para un día de destrucción
  • Ahí es donde debemos de tener cuidado; de preocuparnos por ver que no estemos cosechando violencia, robo, secuestro, muerte en nuestra comunidad.
  • ¿Qué estamos haciendo cuando sabemos de alguno de esos problemas? ¿intercedemos?

NUESTRA DECADENTE SOCIEDAD
   Lo que esta sucediendo en nuestras ciudades en toda nuestra nación es que estamos atesorando para nosotros mismos  “ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios” (Ro 2.5)


La revista  “King´s Business” publico un artículo unos años atrás que mencionaba que el tiempo promedio de las grandes civilizaciones del mundo ha sido 200 años. Estas naciones progresaron en este orden.

  • De la esclavitud a la fe espiritual
  • De la fe espiritual a gran valor
  • Del valor a la libertad
  • De la libertad a la abundancia
  • De la abundancia al egoísmo
  • Del egoísmo a la complacencia
  • De la complacencia a la apatía
  • De la apatía a la dependencia
  • De la dependencia vuelta a la esclavitud.

Nuestro país ha olvidado a Dios, y nosotros estamos cosechando los resultados. Es tan cierto hoy como cuando fue escrito que: “la justicia engrandece la nación; más el pecado es afrenta de las naciones (Pr 14.34).
Además, la palabra claramente dice: “bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová  (Sal 33.12)

1 Timoteo 2.1,2
Por esto exhorto, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias por todos los hombres; 2 por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que llevemos una vida tranquila y reposada en toda piedad y dignidad.

  • Cuando nuestro líderes siembran el mal, nosotros los creyentes, junto con los demás cosecharemos el mal.
  • No podemos escapar a las consecuencias de lo que sucede en nuestro medio
  • Es cierto que los justos son conocidos como sal y luz. Como tales los justos tiene una influencia preservativa sobre los malos y Dios no destruirá la ciudad si hay diez justos en ella.
  • Estamos y estaremos cosechando lo que otros están sembrando, y por lo tanto, nos corresponde hacer todo lo posible para frenar la ola de desobediencia e impiedad, recordando que la única solución verdadera es la fe personal en el Señor Jesucristo. 
  • A menos que una persona tenga una nueva naturaleza, es decir, que sea una nueva criatura en Cristo Jesús, podrá vivir justamente. Por lo tanto no necesitamos una sociedad reformada, sino una sociedad redimida.





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