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Los Ancianos en la iglesia


LOS ANCIANOS
El segundo cargo es el cargo de anciano. El cargo de anciano también se menciona con frecuencia en la Biblia.
Con el propósito de cuidar a la iglesia
El cargo de anciano tiene el propósito de cuidar a la iglesia, a fin de administrar la iglesia.
Puede ser simultáneamente un ministro de la Palabra
Un anciano no tiene que ser necesariamente una persona dotada; en otras palabras, él no es necesariamente un ministro de la Palabra. Si es ministro de la Palabra, él es aún más digno. En la Biblia, el ministerio de la Palabra es una cosa, y un cargo en la iglesia es otra. Los ancianos tienen su lugar en el aspecto del cargo en la iglesia, y están ahí completamente para ejecutar y administrar a toda la iglesia, y vigilar atentamente por ella. Pero aunque el ser anciano es un cargo, al mismo tiempo, un anciano puede ser o no un ministro de la Palabra. Si es un ministro de la Palabra, él es aún de más estima. Como dice Pablo: “Sean tenidos por dignos de doble honor”. Debido a que delante de Dios es un ministro de la Palabra, apto para enseñar, y al mismo tiempo también es un anciano de la iglesia, él es digno de doble honor.



Espiritualidad es el requisito básico
Las palabras de la Biblia acerca de los requisitos para ser un anciano son muy claras. En esto hay dos cosas que yo quisiera señalar a los hermanos y hermanas. El requisito básico de un anciano es que debe ser alguien que tenga entendimiento en cosas espirituales. Un anciano debe ser una persona que tiene valor espiritual, que conoce las cosas espirituales, que tiene entendimiento espiritual, cuyo curso espiritual es claro, y que sabe cómo obrar en las cosas espirituales. Un anciano necesita tener considerable experiencia acerca de las cosas espirituales y conocer cuál es delante de Dios la condición espiritual de otros hijos de Dios; entonces puede cuidar de la iglesia. En el campo espiritual, los ancianos deben tener esta fundamento espiritual. Además, ellos necesitan dones y habilidades dados por Dios, para que así puedan cuidar y administrar los asuntos de la iglesia. Esta clase de persona puede ser delante de Dios un anciano de la iglesia.
Espero que por ningún motivo ustedes seleccionen para la iglesia un anciano que solamente sepa cómo manejar los asuntos prácticos y cómo dirigir las cosas, sin que tenga entendimiento espiritual delante de Dios. Yo sé que muchas localidades tienen problemas, y el fracaso ha sido exclusivamente debido a que han seleccionado como ancianos en la iglesia a personas que tienen fama en el mundo, tienen una posición, saben cómo manejar los asuntos prácticos, tienen habilidad, y son experimentados en los métodos del mundo. Por favor, recuerden que una persona que es capaz de manejar asuntos prácticos, de dirigir una organización social y de cuidar a una familia no necesariamente es capaz de cuidar a la iglesia. ¿Por qué es esto así? Porque el requisito básico en la iglesia es ser espiritual.
Las experiencias administrativas son inútiles
Hay un hermano que tiene veinte años de experiencia administrativa. Muchos hermanos han venido a preguntarme: “¿Por qué no le pedimos a ese hermano
que sea un anciano?” Les dije: “Los veinte años de experiencia administrativa no cuentan ni siquiera por un año en la iglesia. Son inútiles. Aunque él sea un buen cristiano, no tiene suficiente entendimiento acerca de las cosas espirituales”. La iglesia es espiritual, y una persona debe tener peso espiritual delante de Dios; debe ser una persona que usa principios espirituales, y tiene una condición de ser espiritual, a fin de ser un anciano; de otra forma, si este hermano entrase, causaría problemas inmediatamente.
Sería mejor que seleccionáramos a uno que tuviera peso espiritual, aunque no tuviera habilidad para manejar los asuntos prácticos. Por supuesto, sería mejor que tuviera ambos aspectos: conocer las cosas espirituales y también ser capaz de manejar los asuntos prácticos. Si una persona no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? Pero esto solamente es la mitad del asunto. ¿Quiere esto decir que una persona que puede gobernar bien su casa puede cuidar de la casa de Dios? ¡No, no quiere decir tal cosa! Ser espiritual es el fundamento. No todos los que pueden gobernar su propia casa pueden cuidar de la iglesia de Dios. Mucha gente puede gobernar bien su casa, pero ni siquiera son salvos. ¿Podemos, pues, invitarlos a que cuiden de la iglesia? Solamente aquel que sepa conducirse en cosas espirituales y que también pueda gobernar su casa puede ser anciano y administrar la iglesia de Dios.
Por lo tanto, cuando ustedes seleccionen a un hermano responsable, siempre seleccionen a uno que tenga peso espiritual, que sea una persona de procederes espirituales, y que no se enorgullezca, se emocione o se envanezca fácilmente. La vida de esta persona delante de Dios necesita ser confiable. Seleccionen a uno cuya vida sea confiable, pero no seleccionen a uno que sea orgulloso. Seleccionen a uno que sea estable, pero no a uno de los que llaman genios. En el aspecto espiritual, esta persona debe ser estable y firme, debe tener penetración espiritual, conocimiento espiritual, y entendimiento espiritual delante de Dios. Sólo una persona así puede ser seleccionada.
Capaz de gobernar su propia casa
Después de que ustedes tengan tres, cinco, siete u ocho personas como éstas todavía tienen que examinarlas en cuanto al manejo de los asuntos prácticos. El que puede manejar y administrar puede ser un sobreveedor. Si una persona no puede gobernar su propia casa, no puede cuidar de la iglesia.
Si la iglesia fuera como una organización mundana, necesitaríamos seleccionar solamente a aquellos que tengan habilidad. Pero la iglesia es una organización espiritual; por lo tanto, primero debemos ocuparnos de la cuestión de la espiritualidad, y luego considerar la habilidad, o sea, si una persona en particular puede cuidar de los asuntos prácticos o no. Si no puede manejar los
asuntos prácticos, tampoco puede ser un anciano. Solamente uno que tenga conocimiento en las cosas espirituales y posea habilidad en el manejo de las cosas prácticas, tendrá pocos problemas en la iglesia, y su condición será bastante confiable. De otra manera, él podrá manejar los asuntos prácticos pero causará daño en el aspecto espiritual. Eso no será correcto.
Un ejemplo
Un hermano, ya fallecido, era anciano de un grupo cristiano. Durante los días de nuestro comienzo en Shanghái, venía frecuentemente a mi casa a conversar. Era un buen hermano, muy diestro en el manejo de los asuntos prácticos, y también tenía mucho celo. Pero tenía muy poco entendimiento en las cosas espirituales, si es que acaso tenía algo, y era aun mayor su carencia de experiencia espiritual. Un día vino a hablar conmigo y me dijo: “Una hermana entre nosotros cometió un pecado, y lloró en voz alta en la reunión. Señor Nee, ¿no le parece a usted que esto es gracioso?” Después que terminó de hablar, comenzó a reírse a carcajadas. Un anciano de una iglesia consideró risible ver a una hermana confesando su pecado y llorando. Ustedes pueden darse cuenta entonces de la condición espiritual de él. Por supuesto, él era el mejor de su grupo, pero no podía sobrellevar ninguna responsabilidad en la iglesia. El mismo nunca había confesado sus pecados, ni había llorado hasta ese grado, así que, cuando un día como anciano vio a alguien llorando, naturalmente lo consideró motivo de risa.
Solamente estoy citando un ejemplo. Puede haber cientos de casos como éste en la iglesia. Llorar por nuestros pecados es un asunto elemental en la vida espiritual, pero este hermano no entendía nada de eso. ¿Qué haremos si él también se ríe de muchas otras acciones espirituales relacionadas con nosotros? Tal persona piensa que todas las cosas espirituales son extrañas y risibles, y no puede entender absolutamente nada de lo espiritual. Si él llega a ser un anciano, la iglesia está acabada en lo que a su sendero espiritual se refiere.
Por consiguiente, acerca de los requisitos para ser un anciano, el primero está relacionado con cosas espirituales, con entendimiento espiritual, y con experiencia espiritual.
Para ser un anciano, una persona también tiene que ser confiable; no consideren a alguno que se comporta como un borracho, yendo de un lado a otro sin rumbo fijo, sin hacer nada. A veces su condición es buena y otras veces es mala. Tal persona no puede manejar la iglesia. El que maneja los asuntos en la iglesia debe ser bastante estable y confiable. Al mismo tiempo, él debe ser capaz de gobernar su propia casa. Sin esto, él no tiene los requisitos básicos.
Por lo tanto, no inviertan el fundamento y el edificio. No seleccionen a una persona que solamente puede manejar bien los asuntos prácticos. Tal persona, a lo más, puede ser un diácono, pero nunca un anciano. Cuando mucho puede ser uno que sólo recibe instrucciones en la iglesia; pero él no puede dar instrucciones.
La responsabilidad principal de la iglesia es cuidar de los asuntos espirituales
Tal vez les puedo poner otro ejemplo. Hoy día ustedes se encuentran con una persona muy inteligente y muy capacitada. Si él va a trabajar en un hospital, lo más que se le puede pedir es que maneje los asuntos prácticos, pero no se le puede pedir que sea el médico principal. Lo máximo que se le puede pedir es que maneje los negocios, pero no que diagnostique enfermedades. Un hospital es una organización profesional y no una organización de negocios. O en una escuela de comercio tal vez haya una persona que sea muy inteligente y muy capaz de manejar los asuntos, pero no se le puede pedir que sea inmediatamente el decano, el director, o el presidente del departamento. Como máximo, se le puede invitar a que cuide solamente de los asuntos generales, debido a que las otras posiciones son especializadas y sólo pueden ser ocupadas por los que posean un conocimiento especial. O tal vez haya una persona muy brillante en una corporación mercantil, pero no se le puede pedir inmediatamente que sea el gerente de las operaciones mercantiles, debido a que las operaciones mercantiles son especializadas. De la misma manera, la iglesia es una organización que se especializa en cosas espirituales. Por lo tanto, solamente a los que conocen el oficio se les puede pedir que hagan este trabajo.
Ustedes deben de saber que la iglesia es espiritual, y que los asuntos prácticos son solamente secundarios. Por lo tanto, al seleccionar a un anciano en una localidad, deben considerarlo primeramente desde el punto de vista espiritual. Después deben ver si él sabe dirigir, vigilar y guiar, o no. Este hermano debe ser uno que tenga penetración y conocimiento en las cosas espirituales, que haya sido edificado en ellas, y que también tenga capacidad en las cosas prácticas. Entonces, cuando haya asuntos espirituales, él no causará problemas. Por tanto, espero que los hermanos presten atención especial a estas cosas. No seleccionen a la ligera a una persona para que sea un anciano. Cuando ustedes hagan una selección, primero presten atención al aspecto espiritual, y luego presten atención al aspecto práctico.
La ayuda a los ancianos
Cuando salgan a la obra, la responsabilidad de ustedes es grande. ¿Por qué? Ustedes recordarán que Pablo vivió en Efeso por un período de tiempo y que había ancianos allí (Hch. 20). Sin embargo, mientras Pablo vivía en Efeso, él
ayudó mucho a los ancianos. Por eso, cuando se fue, pudo decirles estas palabras a los ancianos: “Mirad ... el rebaño en el que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos...” Pablo personalmente impartió ayuda espiritual a los ancianos. No solamente los nombró, puso los asuntos en manos de ellos, y allí cesó su labor, sino que también continuó ayudándoles y enseñándoles cómo desempeñarse como ancianos.
Después Pablo dejó a Timoteo en Efeso y a Tito en Creta, y les encargó que nombraran ancianos. Si leen las Epístolas a Timoteo y a Tito, verán que no fue solamente un asunto de nombrar ancianos y detenerse ahí, sino también de ayudar a los ancianos a servir juntos, en unión con ellos. Pablo en sus Epístolas a Timoteo y a Tito les encargó a estos dos apóstoles que nombraran ancianos en las iglesias y que los guiaran en su servicio. En estas dos Epístolas hay muchos encargos similares. Si tienen tiempo de leer estas Epístolas, verán que Pablo les encargó a Timoteo y a Tito que trabajasen juntamente con los ancianos en la iglesia. “Esto te escribo ... para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios” (1 Ti. 3:14-15).
¿Qué significa esto? Si ustedes nombran ancianos en una localidad, no pueden suponer que una vez que los hayan nombrado su trabajo está terminado; y tampoco pueden suponer que, puesto que toda la responsabilidad está en manos de ellos, ustedes pueden dejarlos que prosigan por sí solos, es decir, dejarlos que cometan errores por sí solos. Más bien, después que se han nombrado ancianos en una localidad, se debe observar cómo van, y se les debe ayudar. En muchas cosas necesitan enseñarles, y observarlos. Sólo así pueden ustedes una vez más nombrar ancianos en otro lugar, ponerlos en el orden pertinente, y enseñarles. De otra manera, una iglesia local se estancará una vez que sea establecida. Lo que se tiene es un grupo de personas que nunca se ha encargado de los asuntos de la iglesia. Aunque tienen cierta experiencia espiritual, ellos no saben cómo manejar los asuntos de la iglesia. Extraño sería esperar que personas así de inexpertas no cometieran errores.
De ahí que, hoy en día la responsabilidad de ustedes es grande. En cada oportunidad deben ayudar a que los ancianos aprendan a ser ancianos adecuados. Muchas personas en su vida diaria hablan con ligereza y cuentan chistes. Cuando estas personas vienen a la iglesia a servir, también hablan a la ligera y cuentan chistes. Así que ustedes necesitan ayudarles. Cada vez que la actitud de ellos sea descuidada o liviana deben decirles: “Hermanos, esto es un asunto espiritual, y esto es algo delante de Dios. No deben hablar livianamente y reírse así”. De esta manera, ustedes frenan aquello. Cuando algunos hacen su trabajo en el mundo, ellos hablan con ligereza y critican sin restricción alguna. De esta manera introducen este hábito en la iglesia. Cada vez que usted escuche críticas o pláticas necias debe decir: “Aquí ustedes necesitan obedecer y no dar
sus opiniones. No necesitamos dar nuestras opiniones, sino que necesitamos aprender a obedecer”. De este modo, ustedes detienen esto.
En su servicio espiritual, tal vez algunos recurran a manipulaciones, o a mañas. En tal caso, deben decirles: “Hermanos, entre los hijos de Dios no manipulamos ni hacemos maniobras. Nos enfrentamos con las situaciones, no tratamos de evitarlas”. Aquellos que pueden enfrentar los asuntos delante de Dios pueden ser ancianos, no aquellos que tienen la habilidad de evitarlos.
Algunos pueden haber estado por mucho tiempo en la posición de cabeza de hogar, o de patrón; por tanto, su actitud es bastante dura, sus palabras descorteces y su espíritu no es tierno. Es necesario ayudarles a que vean que sus palabras deben ser fuertes y firmes pero que su espíritu debe ser tierno. Ellos necesitan tanto lo uno como lo otro a fin de atender los asuntos de la iglesia.
Todos éstos son detalles, pero son básicos. Sería muy pobre que los ancianos en las iglesias les tuvieran temor a los problemas y trataran de evitarlos. También sería muy pobre si en la iglesia los ancianos siempre manipulasen todo, sin hablar lo que es necesario hablar, y sin reprender cuando es necesario hacerlo. Los que son así no pueden ser ancianos. Esto no quiere decir que un anciano en la iglesia debe estar siempre buscando causas de enfado o razones para reprender, ni que él deba tratar los asuntos de la iglesia con dureza. Lo que la iglesia necesita es una persona cuyo espíritu sea quebrantado delante de Dios, que haya sido herido por Dios, que no tenga su sentir personal, que sea dócil delante de Dios y, sin embargo, firme al manejar los asuntos.
Es necesario frecuentemente ayudar a los hermanos de esta manera. Entonces, espontáneamente cuando vengan a la iglesia, ellos no serán descuidados. No traerán su aspereza a la iglesia. Ellos necesitan saber que están en la iglesia y no en su casa ni en una oficina. Necesitamos usar palabras espirituales para guiarlos paso por paso. Después de un período de tiempo ellos podrán cuidar de la iglesia de una manera adecuada.
LA REUNION DE LOS SOBREVEEDORES
En cada localidad todos los hermanos responsables (los que son ancianos y sobreveedores) deben tener una reunión de sobreveedores cada semana. Pueden darle cualquier nombre a esta reunión. La pueden llamar reunión de los sobreveedores, o una reunión de pastoreo. Este es el momento para que los hermanos responsables oren juntos y reciban a los hermanos y hermanas. Esto es algo que deben hacer.
Yo sé de cierta iglesia (la cual no está en China) donde los hermanos responsables decidieron reunirse un día entero cada semana. Empezando en la
mañana, cada uno traía algo de comer, y trabajaron juntos orando y considerando cada aspecto de los asuntos de la iglesia.
Tal vez no tengamos tanto tiempo; por consiguiente, al menos una vez por semana, los hermanos encargados deben reunirse por medio día o por unas cuantas horas.
Se consideran cosas ante Dios, durante la primera mitad de la reunión
Durante la primera mitad de la reunión (tal vez después del almuerzo, desde la 1 p.m. hasta las 2, 3 ó 4 p.m.), los ancianos deben cerrar las puertas y no preocuparse por ninguna otra cosa aparte de los asuntos de la iglesia. Consideren y dispongan seriamente las cosas ante Dios y discútanlas punto por punto. A veces también pueden tener pláticas como las de 1 Corintios 14, para tener comunión acerca de la luz que han recibido. Sin embargo, no tomen decisiones con base en estos diálogos. En la Biblia hay pláticas a fin de tratar cuestiones, pero el diálogo tiene como fin para buscar luz y no tomar decisiones. Los diálogos son para descubrir los hechos y para exponerlos abiertamente, pero no para tomar decisiones. Durante ese tiempo los hermanos deben discutir, considerar, y orar acerca de todas las cosas, punto por punto.
Se recibe a los hermanos durante la segunda mitad de la reunión
En la segunda mitad de la reunión, dediquen tiempo para recibir a los hermanos. Deben esperar allí, ya sea que los hermanos vengan a verlos o no. De todas formas debemos apartar un tiempo para recibir a los hermanos y hermanas. Esto será útil para la obra y para la iglesia.
Los obreros se reúnen con los sobreveedores
Al mismo tiempo ustedes los obreros deben estar al lado de los ancianos y permanecer con ellos. En ese día o ese medio día, ustedes deben estar con ellos y observarlos. Hay cosas que ustedes deben decirles. La actitud ligera debe ser corregida. La actitud de ellos debe ser apropiada. Recuérdenles que están tratando con asuntos espirituales. Cuando algunos vengan a preguntarles algo, enseñen a los ancianos cómo responder y cómo explicar. En el comienzo, tal vez ustedes respondan cuando algunos hermanos vengan a hacer preguntas. Después que esos hermanos se hayan ido, diga a los ancianos la razón por la cual usted respondió de la manera que lo hizo, dígales por qué lo dijo con esas palabras, qué base bíblica tuvo, y qué sentir tiene usted. En algunos casos, quizás se requiera reprender a un hermano que haya venido. Cuando ese hermano se haya ido, necesita decirles la razón por la que lo ha reprendido.
Después de un período de tiempo dejen que ellos manejen la situación, y observen sin intervenir.
Se produce unos cuantos hermanos confiables y responsables
Creemos que cuando en un lugar todos sirven, allí está la iglesia. El servicio de la iglesia es el servicio del Cuerpo. No es una cuestión de que dos o tres personas sirvan, sino de que toda la iglesia sirva. Por consiguiente, cuando ustedes vayan a trabajar en la obra, sería un gran error que ustedes no pudieran hacer que todos los hermanos se ofrecieran para servir. Cuando salgan a la obra, tal vez conduzcan a muchos a ser salvos, y los traigan al servicio, sin embargo, si no pueden producir algunos hermanos confiables que tomen la responsabilidad de la iglesia, tal salida será un completo fracaso. Espero que esta vez que salgan a la obra, ustedes estén muy ocupados. Pero no estén ocupados de una manera ordinaria, porque hay mucho trabajo que ustedes tienen que iniciar. Hay una gran cantidad de trabajo que ustedes deben realizar. Toda esta obra está por delante. Un aspecto de ésta es producir unos cuantos hermanos responsables en cada localidad. De ninguna manera deben trabajar de forma que solamente ustedes sepan cómo tomar la responsabilidad, y sin embargo, no sean capaces de ayudar a que otros la tomen.
El principio de la iglesia es que el Señor Jesús se puso a Sí mismo en los doce, los doce en los tres mil, y los tres mil en decenas de millares. Ustedes se ponen a sí mismos en muchos hermanos responsables; los hermanos responsables, en muchos hermanos y hermanas; y muchos hermanos y hermanas, en muchos pecadores. Ustedes deben continuar esparciéndose de esa forma. Tal vez, después de muchos años cuando regresen a Kuling, ustedes habrán crecido espiritualmente. Pero si no han podido reproducir su crecimiento en tres, cinco, ocho o diez hermanos, yo reconoceré esto como una gran falla en su servicio.
Por lo tanto, deben hacer que los ancianos de las iglesias locales estén capacitados para tomar la responsabilidad. Pablo no dejó a Tito en Creta y a Timoteo en Efeso diciéndoles que regresaran después de que hubiesen establecido ancianos. Más bien, él les dijo que establecieran ancianos, que enseñasen y entrenasen a los ancianos en cómo ser ancianos adecuados, ayudándoles hasta el punto en que ellos pudiesen tomar la responsabilidad ante Dios. Entonces, el camino estaba abierto.
Por lo tanto, de ahora en adelante espero que ustedes estén muy ocupados. Espero que nadie esté ocioso. Una persona ociosa es inútil. Siempre pónganse en medio de los hermanos responsables y ayúdenles hasta el punto en que ellos puedan tomar responsabilidad. Sin embargo, la propia condición espiritual de
ustedes debe ser más avanzada que la de ellos. De otra manera, no podrán ustedes satisfacer la necesidad de ellos.
Hermanos, espero que ustedes puedan tratar adecuadamente con esta cuestión de los hermanos responsables y entrenarlos adecuadamente. Paso a paso, presten atención al aspecto de responsabilidad y supervisión.
Se les muestra cómo hacer la obra
La reunión regular de los hermanos responsables es un punto muy importante de su entrenamiento. En esta reunión deben mostrarles cómo hacer la obra. Si ustedes van a un lugar y viven allí por tres meses (especialmente aquellos que viajan frecuentemente por causa de la obra, deben prestar atención a esto), necesitan planear tiempo para congregar a todos los hermanos responsables tal vez un viernes o sábado, por todo un día o medio día, para ayudarles a atender los asuntos de la iglesia. Todos los asuntos de la iglesia, de esa semana, deben ser agrupados para tener comunión y oración con respecto a ellos. Durante ese tiempo no deben recibir a nadie. La primera mitad de esa ocasión siempre está dedicada a atender los asuntos delante de Dios. Enciérrense en un cuarto, como los que se fugan a una cueva y se encierran en ella. Durante la primera mitad, a nadie se le permite entrar. A nadie se le permite entrar ni siquiera para darles recados. Hagan que los hermanos y hermanas sepan que éste es el tiempo en que los hermanos responsables están atendiendo algunos asuntos ante Dios, y que nadie debe entrar. Solamente pueden tocar a la puerta si la casa se está incendiando, y sólo cuando la casa se haya consumido; y aun así, no deben venir muy rápidamente. Este es el tiempo en que los hermanos responsables están tratando con algunos asuntos ante Dios, de la misma manera que Moisés y Josué lo hicieron en el monte. Allí es necesario atender los asuntos adecuadamente.
Después de que los asuntos hayan sido atendidos, vayan e informen a los diáconos que ciertas cosas necesitan atenderse esa semana. Es necesario que ustedes las asignen personalmente. Ciertas cosas deben ser anunciadas a los santos, y otras tienen que ser asignadas a los hermanos para que las lleven a cabo.
Al manejar los asuntos de la iglesia, primeramente uno debe saber administrar y, en segundo lugar, uno debe saber cómo observar, cómo vigilar; no sea usted pasivo. Al menos en la primera fase sea activo, observe y dirija. Cuando los hermanos y las hermanas sean fuertes, ustedes pueden pedirles que atiendan los asuntos de la iglesia. Así es como debe ser la iglesia. En la primera fase, no pongan cosas en sus manos inmediatamente. Cuando salgan a la obra, siempre
entréguense a los hermanos responsables en cada localidad, y ellos a su vez deben entregarse a los hermanos locales.
Siempre hagan muy solemne la reunión de los sobreveedores. Encárguenles que se encierren durante este período por dos o tres horas delante de Dios, sin recibir a ningún hermano, ni hablar de nadie. Lleven delante de Dios las cosas de esa semana, punto por punto, para ver cómo deben hacerse. Después de que estas cosas hayan sido resueltas, ciertas cosas deben darse a conocer a los hermanos, y otras, a los diáconos. Después, aparten dos o tres horas para recibir a los hermanos locales. Si hay más gente, aparten más tiempo; si hay menos gente, menos tiempo. Durante este tiempo, si los hermanos y las hermanas quieren buscar a los ancianos de la iglesia, ellos podrán encontrarlos. No solamente un anciano estará presente, sino que todos los ancianos estarán allí.
En la primera fase ustedes deben atender esta reunión de los sobreveedores de una manera activa. En la siguiente fase, deben hacer que los hermanos sean más activos, y ellos deben proseguir. En esa reunión deben mostrarles a los hermanos responsables cómo atender los asuntos de la iglesia, y qué base bíblica tienen para hacerlo de dicha manera. Aliéntenlos y también restrínjanlos. Ustedes deben estar atentos. Cuando vean que algo está mal, necesitan decir: “¡Hermano, eso no es permitido!” Cuando vean que algo está bien, deben decir: “¡Hermano, eso está bien!”
Cuando todos los hermanos
y hermanas sirven, allí está la iglesia

Así que cuando ustedes salgan a la obra esta vez, deben estar muy ocupados. Pónganse ustedes mismos en la obra y también animen a otros a que participen. Ustedes tienen que laborar hasta que llegue el día en que todos los hermanos y hermanas se presenten para servir, el día en que todos los santos participen, todos sirvan a Dios, y cada uno sea un sacerdote. Entonces verdaderamente verán ustedes lo que es la iglesia.
Yo no sé si ustedes han visto este camino o no. Ustedes tienen que entenderlo. Todo depende de ustedes. Ustedes mismos deben darse a un cierto número de personas, y ellos a su vez deben darse a todos los hermanos y hermanas. Entonces todos los hermanos y hermanas salen afuera. Poner esto en práctica es el camino de la iglesia. Si existe el cargo de anciano en la iglesia, pero los hermanos y hermanas son pasivos, entonces por favor recuerden que en ese momento ya no se tiene una iglesia sino una denominación. Por lo tanto, hermanos, cuando salgan a la obra, si no pueden lograr el último paso, el paso final, de hacer que todos los hermanos y hermanas se levanten para servir a Dios y para tomar la responsabilidad en los asuntos de la iglesia, ustedes habrán fracasado totalmente, debido a que eso no sería la iglesia. Por favor recuerden el
camino que deben tomar; ustedes deben darse a los ancianos. Entonces ustedes necesitan mostrarles a los ancianos que no importa cuánto se esfuercen, ellos son muy pocos para poder manejar los asuntos de la iglesia adecuadamente. Ellos solamente son sobreveedores y no deben tratar de hacer todo ellos solos. Ellos no deben reemplazar a la iglesia haciéndolo todo; más bien, deben supervisar a la iglesia para que todo se haga. No es una cuestión de que lo hagan ellos mismos, sino de supervisar, observar, alentar, y enseñarles a hacerlo, y hacer que todos en la iglesia participen. En ese momento tienen ustedes la realidad de la iglesia.
La reunión de los sobreveedores es la fuente de muchas cosas
Cuando los hermanos responsables de una localidad gradualmente se manifiesten, o cuando una localidad ya tenga hermanos responsables, éstos deben reunirse. Cada semana los hermanos que sean los responsables en una localidad deben reunirse. En tanto que esa reunión sea fuerte, ellos podrán guiar a los hermanos. Esto es un asunto muy importante. La reunión de los hermanos responsables es la fuente de muchas cosas. Muchas cosas pueden iniciarse a partir de esa reunión. Cuando la gente venga a esa reunión, muchos problemas serán resueltos. Después de que los hermanos se hayan encargado de muchas situaciones delante de Dios, la segunda mitad de la reunión será para recibir a los santos. Entonces los santos se darán cuenta de que esas reuniones de los sobreveedores no son ligeras o sin importancia. Por lo tanto, debemos andar adecuadamente delante de Dios en el camino que tenemos por delante. Debemos mantener esta reunión que los sobreveedores tienen ante Dios. Atiendan esta reunión adecuadamente para que todos puedan recibir ayuda uno por uno.
Se debe leer de nuevo las Epístolas a Timoteo y a Tito
Lean de nuevo 1 y 2 Timoteo y la Epístola a Tito. Vean cómo Dios les encargó que tomaran el liderazgo. De estas Epístolas deben aprender cómo ayudar a los ancianos, y cómo hacer que se den cuenta de que no deben reemplazar a todo el Cuerpo, sino que deben ponerse a sí mismos en el Cuerpo y dejar que todo el Cuerpo haga el trabajo. 
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