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Adonai nos hizo parte de su pueblo




La palabra de Dios era primeramente para los judíos, también los pactos ,  las promesas, las bendiciones; pero como ellos rechazaron al Mesías, nosotros que éramos ajenos a Dios y a laTorah, se nos concedió la salvación y el Espíritu Santo.

Juan 1.11,12
11 Vino a los de su propio pueblo, y hasta ellos lo rechazaron; 12 pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. 13 Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.

Hechos 13.38
38 “Por tanto, hermanos, sepan que por medio de El les es anunciado el perdón de los pecados; 
39 y que de todas las cosas de que no pudieron ser justificados por la Ley de Moisés, por medio de El, todo aquél que cree es justificado. 


Hechos 13.46
46 Entonces Pablo y Bernabé hablaron con valentía y declararon: «Era necesario que primero les predicáramos la palabra de Dios a ustedes, los judíos; pero ya que ustedes la han rechazado y se consideran indignos de la vida eterna, se la ofreceremos a los gentiles(goyim, Lv 26.33). 47 Pues el Señor nos dio este mandato cuando dijo: 
“Yo te he hecho luz para los gentiles, 
a fin de llevar salvación a los rincones más lejanos de la tierra”». 
48 Cuando los gentiles oyeron esto, se alegraron y le dieron las gracias al Señor por su mensaje, y todos los que fueron elegidos para la vida eterna se convirtieron en creyentes. 

Definición de gentil: A veces gôy es casi un término peyorativo que se aplica a grupos no israelitas, o sea, a los «gentiles» Por cierto, en aquellos contextos en que se habla de culto, los gôyim no son israelitas: «Temían a Jehová, pero servían a sus dioses, según las prácticas de los pueblos de donde habían sido trasladados» (2 R 17.33 rva). En pasajes como Dt 4.38 gôyim se refiere específicamente a los pueblos que habitaban en Canaán antes de la conquista israelita. Israel debía mantenerse aparte y distanciarse de estos pueblos (Dt 7.1) y ser un ejemplo de verdadera santidad delante de ellos (Dt 4.6).

Hechos 15.7
En la reunión, después de una larga discusión, Pedro se puso de pie y se dirigió a ellos de la siguiente manera: «Hermanos, todos ustedes saben que hace tiempo Dios me eligió de entre ustedes para que predicara a los gentiles a fin de que pudieran oír la Buena Noticia y creer. Dios conoce el corazón humano y él confirmó que acepta a los gentiles al darles el Espíritu Santo, tal como lo hizo con nosotros. Él no hizo ninguna distinción entre nosotros y ellos, pues les limpió el corazón por medio de la fe. 10 Entonces, ¿por qué ahora desafían a Dios al poner cargas sobre los creyentes gentiles con un yugo que ni nosotros ni nuestros antepasados pudimos llevar? 11 Nosotros creemos que todos somos salvos de la misma manera, por la gracia no merecida que proviene del Señor Jesús».

Hechos 15.14 (NTV)
14 Pedro les ha contado de cuando Dios visitó por primera vez a los gentiles para tomar de entre ellos un pueblo para sí mismo. 15 Y la conversión de los gentiles es precisamente lo que los profetas predijeron. Como está escrito: 
16 “Después yo volveré 
y restauraré la casa caída de David. 
Reconstruiré sus ruinas 
y la restauraré, 
17 para que el resto de la humanidad busque al Señor, 
incluidos todos los gentiles, 
todos los que he llamado para que sean míos. 
El Señor ha hablado, 
18 Aquel que hizo que estas cosas se dieran a conocer desde hace mucho”. 


Hechos 22.21
21 »Pero el Señor me dijo: “¡Ve, porque yo te enviaré lejos, a los gentiles!”».

Hechos 26.17 (NTV)
17 Y yo te rescataré de tu propia gente y de los gentiles. Sí, te envío a los gentiles, 18 para que les abras los ojos, a fin de que pasen de la oscuridad a la luz, y del poder de Satanás a Dios. Entonces recibirán el perdón de sus pecados y se les dará un lugar entre el pueblo de Dios, el cual es apartado por la fe en mí”.


Hechos 28.28
28 »Así que quiero que sepan que esta salvación de Dios también se ha ofrecido a los gentiles, y ellos la aceptarán».

Romanos 2.26
26 Y si los gentiles obedecen la ley de Dios, ¿acaso él no los considerará su propio pueblo? 27 De hecho, los gentiles incircuncisos que cumplen la ley de Dios los condenarán a ustedes, judíos, que están circuncidados y tienen la ley de Dios pero no la obedecen.


Romanos 2.25 (Traduccion en lenguaje actual)
25 De nada sirve que alguien se circuncide, si no obedece la ley. Si la desobedece, es como si nunca se hubiera circuncidado. 26 En cambio, los que no están circuncidados, pero obedecen la ley, son aceptados por Dios, aunque no estén circuncidados. 27 Así que los que obedecen la ley los juzgarán a ustedes, aun cuando ellos nunca hayan sido circuncidados. Porque ustedes, aunque se circuncidaron y tuvieron la ley, nunca la obedecieron. 
28 No crean que ustedes son judíos sólo porque viven como judíos y porque están circuncidados. 29 Los verdaderos judíos son los que obedecen a Dios, y no a las leyes humanas. A judíos así, Dios los acepta, aunque la gente los rechace. 

Romanos 2.29  (Nueva versión internacional)
29 El verdadero judío lo es interiormente; y la circuncisión es la del corazón, la que realiza el Espíritu, no el mandamiento escrito. Al que es judío así, lo alaba Dios y no la gente.

Romanos 2.29  (Nueva traduccion viviente)
29 No, un verdadero judío es aquel que tiene el corazón recto a los ojos de Dios. La verdadera circuncisión no consiste meramente en obedecer la letra de la ley, sino que es un cambio en el corazón, producido por el Espíritu de Dios. Y una persona con un corazón transformado busca la aprobación de Dios, no la de la gente.

Romanos 9.25
25 Con respecto a los gentiles, Dios dice en la profecía de Oseas: 
«A los que no eran mi pueblo, 
ahora los llamaré mi pueblo. 
Y amaré a los que 
antes no amaba». 
26 Y también dice: 
«En el lugar donde se les dijo: 
“Ustedes no son mi pueblo”, 
allí serán llamados 
“hijos del Dios viviente”». 

Romanos 10.19
19 Vuelvo entonces a preguntar: ¿Será que los israelitas no se han dado cuenta? ¡Claro que sí se han dado cuenta! Pues, en primer lugar, Dios dijo por medio de Moisés: 

«Haré que los israelitas se pongan celosos 
de un pueblo sin importancia. 
Haré que se enojen 
con gente de poco entendimiento.» 

20 Después, Isaías se atrevió a recordar algo que Dios había dicho: 

«Me encontraron aquellos 
que no me buscaban. 
Me presenté ante gente 
que no preguntaba por mí.» 

21 Pero del pueblo de Israel, Dios dijo por medio de Isaías: 

«Todo el día le ofrecí ayuda 
a un pueblo terco y desobediente.» 


Romanos 11.11 (Traducción en lenguaje actual)
La salvación de los no judíos
11 Sin embargo, aunque los judíos no pudieron agradar a Dios, tampoco fallaron del todo. Más bien, por la desobediencia de los judíos, los que no son judíos pueden ser salvados por Dios. Y esto hará que los judíos se pongan celosos. 12 Ahora bien, si por la desobediencia de los judíos el resto del mundo recibió ayuda, ¡con más razón la recibirá cuando todos los judíos sean aceptados por Dios! 
13 Lo que voy a decir ahora es para ustedes, los que no son judíos. Dios me ha enviado para trabajar entre ustedes, y para mí esa tarea es muy importante. 14 Espero que con esto algunos de mi país se pongan celosos de ustedes, y así Dios pueda salvarlos también a ellos. 15 Pues si Dios, al rechazar a los judíos, aceptó al resto de la humanidad, ¡imagínense cómo será cuando los judíos sean aceptados! ¡Los que ahora viven como muertos tendrán vida eterna! 
16 Si alguien le ofrece a Dios el primer pan que hornea, en realidad le está ofreciendo toda la masa con que hizo el pan. Si a Dios se le ofrecen las raíces de un árbol, entonces también las ramas del árbol le pertenecen. 
17 Cuando Dios rechazó a algunos judíos, y a ustedes los aceptó en su lugar, ustedes llegaron a formar parte del pueblo de Dios, y así recibieron la vida eterna. 18 Pero no vayan a creerse mejores que los judíos que fueron rechazados. Recuerden que ustedes han recibido esa vida gracias a ellos, y no ellos gracias a ustedes. 
19 Tal vez piensen que ellos fueron rechazados para que ustedes fueran aceptados en el pueblo de Dios. 20 Y es verdad. Pero ellos fueron rechazados por no confiar en Dios, y ustedes fueron aceptados solamente por confiar en él. Así que no se pongan orgullosos; más bien, tengan cuidado.

Romanos 11.25  (Nueva traducción viviente)
La misericordia de Dios es para todos
25 Mis amados hermanos, quiero que entiendan este misterio para que no se vuelvan orgullosos de ustedes mismos. Parte del pueblo de Israel tiene el corazón endurecido, pero eso sólo durará hasta que se complete el número de gentiles que aceptarán a Cristo. 26 Y entonces todo Israel será salvo. Como dicen las Escrituras: 
«El que rescata vendrá de Jerusalén 
y apartará a Israel de la maldad. 
27 Y mi pacto con ellos es 
que quitaré sus pecados». 
28 Muchos del pueblo de Israel ahora son enemigos de la Buena Noticia, y eso los beneficia a ustedes, los gentiles. Sin embargo, ellos todavía son el pueblo que Dios ama, porque él eligió a los antepasados Abraham, Isaac y Jacob. 29 Pues los dones de Dios y su llamado son irrevocables. 30 Ustedes, los gentiles, antes eran rebeldes contra Dios, pero cuando el pueblo de Israel se rebeló contra él, Dios tuvo misericordia de ustedes y no de ellos. 31 Ahora ellos son los rebeldes y a ustedes Dios les mostró su misericordia para que ellos también participen de la misericordia de Dios. 32 Pues Dios encarceló a todos en la desobediencia para poder tener misericordia de todos. 
33 ¡Qué grande es la riqueza, la sabiduría y el conocimiento de Dios! ¡Es realmente imposible para nosotros entender sus decisiones y sus caminos! 
34 Pues, ¿quién puede conocer los pensamientos del Señor? 
¿Quién sabe lo suficiente para aconsejarlo? 
35 ¿Y quién le ha entregado tanto 
para que él tenga que devolvérselo? 
36 Pues todas las cosas provienen de él y existen por su poder y son para su gloria. ¡A él sea toda la gloria por siempre! Amén. 


Romanos 11.25  (Traduccion en lenguaje actual)
25 Hermanos en Cristo, hay mucho que ustedes todavía no saben. Por eso voy a explicarles el plan que Dios tenía en secreto. Algunos de los judíos se han vuelto muy tercos y no quieren creer en Jesucristo; pero sólo se portarán así hasta que los no judíos pasen a formar parte de su pueblo. 26 Después de eso, Dios salvará a todo el pueblo de Israel. Como lo dice en la Biblia: 

«El Salvador vendrá de Jerusalén, 
y limpiará toda la maldad 
del pueblo de Israel. 
27 Yo he prometido hacer esto 
cuando les perdone sus pecados.» 

28 Por ahora, Dios actúa con los judíos como si fueran sus enemigos. Pero lo hace sólo para darles a ustedes la oportunidad de creer en la buena noticia. Dios sigue amando a los judíos, pues eligió a sus antepasados para formar su pueblo. 29 Dios no da regalos para luego quitarlos, ni se olvida de las personas que ha elegido. 
30 En el pasado, ustedes desobedecieron a Dios. Pero ahora que los judíos no han querido obedecerlo, Dios se ha compadecido de ustedes. 31 Y así como Dios les ha mostrado a ustedes su compasión, también lo hará con ellos. 32 Pues Dios hizo que todos fueran desobedientes, para así tenerles compasión a todos. 
Dios merece nuestra alabanza
33 ¡Dios es inmensamente rico! ¡Su inteligencia y su conocimiento son tan grandes que no se pueden medir! Nadie es capaz de entender sus decisiones, ni de explicar sus hechos. 34 Como dice la Biblia: 

«¿Sabe alguien cómo piensa Dios? 
¿Puede alguien darle consejos? 

35 »¿Puede acaso alguien 
regalarle algo a Dios, 
para que él esté obligado 
a darle algo a cambio?» 

36 En realidad, todo fue creado por Dios; todo existe por él y para él. Así que, ¡alabemos a Dios por siempre! Amén.



ANTECEDENTES.

Genesis 15.18  (NTV)
18 Entonces el Señor hizo un pacto con Abram aquel día y dijo: «Yo he entregado esta tierra a tus descendientes, desde la frontera de Egipto hasta el gran río Éufrates,


vemos en esta cita que el Señor es el que hace un pacto con Abram, y no toma en cuenta a los gentiles, a los que no son descendientes de Abram

Genesis 17.2
Yo haré un pacto contigo, por medio del cual garantizo darte una descendencia incontable». 
Al oír eso, Abram cayó rostro en tierra. Después Dios le dijo: «Este es mi pacto contigo: ¡te haré el padre de una multitud de naciones! Además, cambiaré tu nombre. Ya no será Abram, sino que te llamarás Abraham, porque serás el padre de muchas naciones. Te haré sumamente fructífero. Tus descendientes llegarán a ser muchas naciones, ¡y de ellos surgirán reyes! 
»Yo confirmaré mi pacto contigo y con tus descendientes después de ti, de generación en generación. Este es el pacto eterno: yo siempre seré tu Dios y el Dios de todos tus descendientes, y les daré a ti y a tus descendientes toda la tierra de Canaán, donde ahora vives como extranjero. Será posesión de ellos para siempre, y yo seré su Dios». 

Definición de Pacto.
Pacto, Alianza
berît (בְּרִית, 1285), «pacto; alianza; convenio; acuerdo; confederación». Lo más probable es que este nombre se derive de la raíz acádica que significa «encadenar, poner grillos»; tiene paralelos en hitita, egipcio, asirio y arameo. Berît se encuentra más de 280 veces en todas las secciones del Antiguo Testamento. El primer caso del vocablo está en Gn 6.18: «Pero estableceré mi pacto contigo [Noé]. 


La gran mayoría de los casos de berît tienen que ver con los «pactos» o «alianzas» de Dios con hombres, como en el caso de Gn 6.18, ya citado. Son importantes los verbos que se usan: «Establecerı mi pacto contigo» (Gn 6.18), literalmente, «mantendré firme» o «confirmaré» mi «alianza». «Y pondrı mi pacto entre mí y ti» (Gn 17.2; «cumpliré» rva; «confirmaré» bla). «Y Él os anunci̊ su pacto» (Dt 4.13). «Mi pacto que yo les mandé» (Jos 7.11). «Me he acordado de mi pacto. Por tanto … os librare de su servidumbre» (Éx 6.5–6). Dios no rechazará a Israel por su desobediencia ni los desechará «hasta consumirlos, invalidando mi pacto con ellos» (Lv 26.44). «Ni se olvidará del pacto que les jur̊ a tus padres» (Dt 4.31).

«Pacto/alianza» es un término paralelo o equivalente a los vocablos hebreos dabar («palabra»), joq («estatuto»), piqqûd («preceptos», Sal 103.18 lba), edah («testimonios» Sal 25.10), tôrah («ley» Sal 78.10) y jesed («misericordia» Dt 7.9). Estos términos enfatizan la autoridad y la gracia de Dios en establecer y cumplir con el «pacto», a la vez que señalan la responsabilidad humana bajo el «pacto». Las palabras de la «alianza» se escribieron en un libro (Éx 24.4, 7; Dt 31.24–26) y sobre tablas de piedra (Éx 34.28).


comentario:
Los seres humanos «entran en» (Dt 29.12) o se «unen» (Jer 50.5 rva; «juntan» rvr) al «pacto». Deben «obedecer» (Gn 12.4) y «poner por obra» todos los mandamientos del «pacto» (Dt 4.6). Pero, encima de todo, la «alianza» es un llamado a que Israel ame a «Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas» (Dt 6.5). La «alianza» divina es una relación de amor y lealtad entre el Señor y su pueblo escogido.
«Si de veras escucháis mi voz y guardáis mi pacto, seréis para mí un pueblo especial entre todos los pueblos … y vosotros me seréis un reino de sacerdotes y una nación santa» (Éx 19.5–6 rva). «Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento … para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres» (Dt 8.1). En el «pacto» la respuesta del hombre contribuye a su cumplimiento; no obstante, su acción no es causativa. La gracia de Dios siempre va delante produciendo la respuesta humana.

De cuando en cuando, Israel «hizo pacto delante de Jehová, de andar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos … para cumplir las palabras de este pacto escritas en este libro» (2 R 23.3 rva). Se asemeja a su compromiso original: «¡Haremos todo lo que Jehová ha dicho!» (Éx 19.8 rva; 24.7). Israel no propuso los términos de una «alianza» con Dios. Respondió a su «pacto».
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