Antecedentes:
1 Tesalonicenses 4.15
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la Venida del Señor, no precederemos a los que durmieron
Venida: parousia (παρουσία, 3952), lit.: presencia (para, con, y ousia, un ser; de eimi, ser). Denota tanto una llegada como una consiguiente presencia con.
(Cuando se usa del retorno de Cristo, en el arrebatamiento de la Iglesia, significa no meramente su llegada momentánea por sus santos, sino su presencia con ellos desde aquel momento hasta su revelación y manifestación al mundo.)
y todo lo contrario con "ercomai" que significa: llegar, venir. lo vemos en las siguientes citas bíblicas.
Marcos 13.26
26Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.
Vendra: ercomai (ἔρχομαι, 2064) significa principalmente venir, o ir. caer, descender, entrar, llegar, venir, visitar.
Apocalipsis 1.7
7He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.
Viene:ercomai (ἔρχομαι, 2064) significa principalmente venir, o ir, y se traduce como acercarse
• “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo...” (Dn. 2:44a).
• “Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido” (Dn. 7:13, 14).
• “En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad” (Dn. 12:1-3).
• “Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito” (Zac. 12:10).
• “Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal; huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos” (Zac. 14:4, 5).
• “Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mt. 24:27).
• “Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mt. 26:64).
• “Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel... Porque aquellos días serán de tribulación cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá... Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria” (Mr. 13:14a, 19, 26).
• “Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo” (Mr. 14:62).
• “Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria” (Lc. 21:27).
• “Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hch. 1:9-11).
• “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado” (Hch. 3:19, 20).
• “Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos” (1 Ts. 3:13).
• “Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo... cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)” (2 Ts. 1:7, 8, 10).
Manifieste: apokalupsis (ἀποκάλυψις, 602), lit.: desvelamiento, descubrimiento (apo, de, desde; kalupto, esconder, cubrir). Denota una revelación o manifestación (en castellano, apocalipsis).
• “Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida” (2 Ts. 2:8).
• “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares, para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él” (Jud. 14, 15).
• “He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén” (Ap. 1:7).
• “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Ap. 19:11-16).
• “¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro... Ciertamente vengo en breve” (Ap. 22:7, 20).
Contrastes entre el Rapto y la Segunda Venida
1. El Rapto es el traslado de todos los creyentes cristianos.
En la Segunda Venida no hay traslado de ninguna clase.
2. El Rapto es el momento en que los santos muertos reciben cuerpos glorificados y van al cielo.
En la Segunda Venida los santos arrebatados retornan a la tierra.
3. El Rapto es inminente, puede ocurrir en cualquier momento sin señal alguna.
En la Segunda Venida la tierra será juzgada y se establecerá la justicia.
4. El Rapto esta anunciado dos veces en el Antiguo Testamento.(Enoc y Elias)
La Segunda Venida sigue señales profetizadas con anticipación, incluyendo la tribulación.
5. El Rapto es sólo para los que aceptaron a Cristo como su salvador y llenaron sus vidas.
La Segunda Venida fue profetizada a menudo en el Antiguo Testamento.
6. Cuando tenga lugar el Rapto, la tierra no será juzgada en ese momento.
La Segunda Venida afectará a todos los hombres.
7. El Rapto tendrá lugar antes del día de la ira.
La Segunda Venida es la conclusión del día de la ira.
8. En el Rapto no hay referencia a Satanás.
En la Segunda Venida Satanás es atado.
9. Al momento del Rapto Cristo vendrá por los suyos.
En la Segunda Venida Cristo viene con los suyos.
10. Durante el Rapto el Señor Jesucristo vendrá en el aire.
En la Segunda Venida descenderá a la tierra.
11. En el Rapto el Señor reclamará a su Esposa, la Iglesia.
En la Segunda Venida regresará con su Esposa, la Iglesia.
12. En el Rapto sólo verán a Jesús los que le pertenecen.
En su Segunda Venida todo ojo le verá y haran lamentación los Judios.
13. Después de que tenga lugar el Rapto comenzará la tribulación.
La Segunda Venida de Cristo iniciará el Reino Milenial.
Diferencias adicionales
En 1 Corintios 15:51-54, Pablo habla del Rapto como de un “misterio”. Dice: “He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados. Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”.
Pablo quiso decir que se trataba de una verdad no revelada hasta que la divulgaron los apóstoles: “El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos” (Col. 1:26). Por lo tanto, el Rapto es un evento separado, diferente de la Segunda Venida que fue profetizada en el Antiguo Testamento, tal como en Daniel 12:1-3, Zacarías 12:10 y 14:4.
Cuando el Señor Jesucristo venga por los creyentes cristianos en el Rapto, ellos ascenderán de la tierra al cielo, mientras que en el segundo advenimiento descenderán con Él desde el cielo hasta la tierra.
• En el Rapto, el Señor viene POR Sus santos: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Ts. 4:16, 17).
• En su Segunda Venida, el Señor viene CON sus santos: “Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo CON TODOS SUS SANTOS” (1 Ts. 3:13).
• En el Rapto el Señor viene sólo por los redimidos por la sangre de Cristo, mientras que su retorno a la tierra impactará al mundo entero. El Rapto es un evento de traslado y resurrección en el cual el Señor tomará a todos los creyentes y los llevará a la “…casa de(l) Padre…” (Jn. 14:2).
• En la Segunda Venida, los redimidos regresarán con el Señor a la tierra: “Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES” (Ap. 19:11-16).
La teoría de que la Iglesia estará presente en la tierra durante el período de la tribulación trae consigo varios problemas:
• El postribulacionismo requiere que la Iglesia esté presente durante la septuagésima semana de Daniel, mencionada en Daniel 9:24-27, a pesar de que la Escritura deja claro que las setenta semanas son para Israel: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos” (Dn. 9:24). El pretribulacionismo no está en conflicto con este pasaje, como el postribulacionismo, ya que la Iglesia parte con el Señor antes que comience el período de siete años de la tribulación.
• El postribulacionismo niega la enseñanza del Nuevo Testamento de la inminencia del Rapto, de que Cristo puede venir en cualquier momento. El pretribulacionismo no tiene problema con estos pasajes del Nuevo Testamento, ya que enseña que ninguna señal precederá el Rapto.
• El postribulacionismo premilenial no tiene respuesta al problema de quién poblará la tierra durante el milenio, si el Rapto y la Segunda Venida ocurren al mismo tiempo. Como todos los creyentes cristianos serán trasladados en el Rapto y todos los incrédulos juzgados, entonces no quedará nadie en cuerpos mortales para comenzar a repoblar la tierra durante el milenio. El punto de vista pretribulacionista no tiene ningún problema para explicar esto.
• El postribulacionismo no puede explicar el juicio de las ovejas y las cabras de que habla Mateo 25:31-46, después de la Segunda Venida. Tal como en los problemas anteriores: ¿Cómo es que habrá creyentes en sus cuerpos mortales, si fueron arrebatados en la Segunda Venida? Y si es así, ¿quiénes entrarán entonces en el reino de Cristo? El pretribulacionismo no tiene que enfrentar este problema.
• Como Apocalipsis 19:7, 8 indica que la Iglesia, la Esposa de Cristo, se ha preparado para acompañar a Cristo a la tierra antes de la Segunda Venida, tal como dice Apocalipsis 19:14: “Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos”, ¿cómo puede ser posible esto si, según los postribulacionistas la Iglesia está todavía en la tierra esperando el advenimiento de Cristo? Si el Rapto de la Iglesia ocurre a la Segunda Venida, entonces, ¿cómo es posible que la Iglesia venga con Cristo a su retorno? De acuerdo con la secuencia postribulacionista, no hay tiempo suficiente para que ocurran estos hechos, sin embargo, la posición pretribulacionista no tiene este problema.
Conclusión
Las distinciones entre la venida de Cristo en el aire para arrebatar a su Iglesia y su retorno con sus santos, son demasiado grandes para reducirlas a una sola venida a la conclusión de la tribulación. Estas distinciones bíblicas proveen una fuerte base de apoyo para la enseñanza de que el Rapto tendrá lugar antes de la tribulación. Además, la Escritura promete en los textos que citaremos a continuación que la Iglesia no sufrirá la misma tribulación que Israel.
• “Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera” (1 Ts. 1:10).
• “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Ts. 5:9).
• “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” (Ap. 3:10).
En adición a todo lo dicho, Daniel 9:24-27, deja bien claro que la septuagésima semana que corresponde a la gran tribulación, al igual que las otras sesenta y nueve, es para Israel, no para la Iglesia. Por lo tanto, no queda más que concluir que la Iglesia será arrebatada antes de la tribulación. Tal esperanza es verdaderamente una “esperanza bienaventurada”. ¡Sí, ven Señor Jesús! ¡Maranatha!
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